Sida
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Primero se produce la radiación electromagnética. Después se emiten los protones. Finalmentese desprende el plasma de la superficie solar, que suele viajar a 1,6 a 3,2 millones de kilómetros por hora, pero esta tormenta es particularmente veloz y despide a 6,4 millones de kilómetros por hora, dijo Biesecker.
Los investigadores, de la universidad de Wyoming, dicen que su trabajo podría llevar a que se produzcan nuevos materiales para la medicina y la ingeniería, como una red capaz de atrapar un avión de caza en pleno vuelo.
Como la enfermedad a menudo no presenta síntomas, el virus puede pasar sin ser detectado durante años produciendo a la larga daños considerables en el hígado y sus funciones.
Dallas Wiens, de 25 años, perdió por completo su rostro tras un aparatoso accidente eléctrico en el año 2008. No podía respirar por la nariz, no tenía ninguna expresión facial... No tenía rostro, en definitiva. Pero tras17 horas en quirófano, recibir 24 unidades de hematíes y 13 de plasma, es decir, entre tres y cuatro litros de sangre, salió con una nueva cara que le permitió, meses después, aparecer públicamente para dar las gracias a la familia del donante. Detalles de esta operación, y de las otras tres realizadas en el BWH, son ahora publicados para compartir esta experiencia con el resto de médicos que están, o quieren estar, implicados en un trasplante de cara.
Este cirujano, junto con el resto de su equipo, cuenta cómo utilizaron determinados nervios de los donantes, como los de los brazos, para unirlos a los colgajos de la cara de los receptores. "Nuestra estrategia quirúrgica utiliza todos los grades nervios motores y sensitivos para ofrecer un feedback propioceptivo [señales del injerto al organismo] a medida que el injerto se recupera, facilitando la integración cortical de la nueva cara", señalan los médicos del BWH.
Por su parte, James Maki, que perdió su nariz, el labio superior, las mejillas, el paladar así como varios músculos y nervios de su cara tras caer sobre un raíl electrificado en el metro de Boston en 2005, sufrió una neumonía al segundo día de ser intervenido. A pesar de este contratiempo, al ser dado de alta de la UCI, cuatro días después de su operación, ya podía comer, beber y ver con su nueva cara. Sin embargo, dos semanas después presentó un rechazo del que se recuperó y fue dado de alta dos meses más tarde. En el momento de la recopilación de datos para este artículo, el paciente ya tenía sensación en su frente y barbilla y movía sus labios burdamente.